Todas queremos mejorar nuestro desempeño, nuestra productividad, nuestro resultados…
Mejorar nuestro rendimiento nos permitiría avanzar más rápido, llegar más lejos y conseguir mejores resultados.
También nos gustan las oportunidades para crecer y por eso nos gusta decir sí…
Además, especialmente a las mujeres, nos gusta ser ese tipo de persona que puede decir que sí a todo (Síndrome de Superwoman en toda regla).
No obstante, no todas las oportunidades son buenas, ni todo lo que podrías hacer es buena idea.
Hoy te cuento cómo aprender a decir no y cómo identificar cuándo es bueno negarte a decir sí.
Decir que sí a todo puede ser una buena estrategia cuando te estás poniendo en marcha o te cuesta arrancar, es una forma de obligarte a abrirte a las oportunidades y aprovecharlas.
Peeeeeeero llega un momento en el que tienes que desarrollar la habilidad de decir no para evitar llenar tu tiempo de actividades de lo más variopintas.
Porque lo que pasará es que acabarás dejándolo todo a medias simplemente porque no tendrás tiempo para todo!
Y encima no habrás podido dedicar tiempo a lo verdaderamente importante.
Hay oportunidades que debes elegir NO aprovechar.
La palabra NO, que tiene una fama negativa, puede llegar a tener connotaciones más que positivas cuando se usa correctamente.
Aprender a decir no en tu proyecto es clave para mejorar tus resultados y tu satisfacción personal.
El éxito a menudo se construye sobre el hábito de decir no
Mantener todas las opciones abiertas termina por provocar falta de claridad, compromiso excesivo, que acabes decepcionando a la gente, simplemente porque no llegas, llegas tarde o llegas mal.
Muchas veces decimos que sí porque nos alivia, nos saca de la tensión de tener que decir no…
Pero se trata de un alivio momentáneo, luego nos lleva a peores consecuencias cuando nos damos cuenta del verdadero coste del compromiso que hemos adquirido.
Aprender a decir no pasa por sentirte cómoda con la incomodidad de tener que decir que no.
Aprender a decir no, te ayuda a priorizar.
Decir que no, te permite decir sí a lo que es importante para ti.
Estamos acostumbradas a decir que sí a todo (somos más majas)…
Pero imagínate el tiempo libre que tendrías si solo dijeras que sí a lo verdaderamente importante.
Imagina todo lo que podrías llegar a hacer con ese tiempo “de más”.
A muchas nos cuesta decir que no por miedo al rechazo, a que la otra persona se enfade, al qué dirán, etc.
Intentamos gustar, puede que nos hayan educado así, a ser la niña que siempre ayuda, que siempre colabora, que siempre está disponible, mira qué buena niña es, mira cómo la queremos.
Puede que en algún momento interiorizaras (erróneamente) que era la única forma de conseguir atención…
Y puede que por eso te pases la vida buscando la forma de complacer a los demás por miedo a no gustar si te niegas a hacer algo que te pidan.
Consecuencias de decir sí, cuando deberías decir que no
Cuando dices sí a algo que realmente no quieres hacer:
- Te amargas por estar haciendo algo que no te gusta.
- Generas resentimiento hacia la persona que te lo pidió.
- Te haces daño a ti misma.
Y en cualquier caso, aunque sea algo que realmente te apetezca, decir sí a todo también tiene consecuencias negativas:
- Desorden, demasiadas cosas.
- Distracciones.
- Falta de foco y claridad.
- Baja autoestima.
- Menos tiempo.
- Aceptar descuentos que afectan a los beneficios o a lo sostenible del trabajo.
- Trabajar más por menos dinero.
- Atraer clientes del infierno.
- Perder oportunidades mejores por estar liada con marrones que no deberías estar atendiendo.
- No poder cumplir tus promesas y dañar tu reputación.
- Agotas tu energía en personas y actividades que no son importantes.
- Clientes con expectativas poco realistas.
- Plazos poco realistas.
El hábito de decir que sí a todo puede ser exactamente lo que esté haciendo que estés sin tiempo, que no llegues, que estés de mal humor…
Y en definitiva creando un ritmo de trabajo y un malestar personal y familiar que no es con el que soñabas cuando decidiste emprender.
La cuestión primordial es que al final del día, necesitas ingresos
Y para generar ingresos no todas las tareas/actividades/ideas/talleres que puedes hacer van a funcionar igual.
Tienes que empezar a:
- Decir no a las tareas divertidas superficialmente.
- Decir no a tareas improductivas.
- Decir no a estar ocupada sin más.
- Decir no a determinados clientes.
- Elegir calidad sobre cantidad.
- Elegir estrategia.
- Decir no a lo cómodo conocido para poder ir a por más.
Tips para aprender a decir no de forma asertiva
- Sé directa. Di que no, no pongas excusas.
- No te disculpes.
- «No» es una frase completa. No tienes por qué dar explicaciones, si no quieres. Pero si las das, que salgan del corazón, no del miedo.
- No mientas (te hará sentir peor todavía).
- Solo recurre a un “Me lo pensaré” si necesitas tiempo extra para articular tu no, pero teniendo claro que vas a decir que no.
- Recuerda que tu valor no depende de lo que puedas llegar a complacer a los demás.
- Detecta cuándo te sientes obligada.
- Ten presente que hay personas a las que simplemente nunca vas a poder complacer, y que su felicidad o bienestar no depende de ti.
- No digas que no tienes tiempo o que no te da la vida. Eso en el fondo es falta de respeto hacia ti misma. Puede que tengas tiempo, pero eliges destinarlo a otras cosas.
- Evita el “No puedo”, es fácilmente desmontable. El NO quiero, no lo voy a hacer, te devuelve el poder.
- Recuerda por qué quieres decir que no.
- Recuerda las consecuencias de intentar hacer malabarismos con todo.
- No se trata de ser egoísta, sino de ser justa.
Aprender a decir no es una habilidad, y como cualquier habilidad, se vuelve más fácil con la práctica.
Empieza a preguntarte: Si dijera que no a esto…
¿A qué más podría decir que sí?
¿A cuidarme más?
¿Más tiempo con mi familia?
¿Más tiempo para crear lo que realmente quiero?
Todas necesitamos tiempo para nosotras, disponer de espacio mental suficiente para enfocarnos en lo que es importante para nosotras, no solo en lo que será útil para los demás.
Emprendemos para crear nuestro trabajo ideal, no lo llenemos luego de cosas que no nos hacen sentir bien.
El horario, lo decidimos nosotras.
Hasta dónde llegamos, lo decidimos nosotras.
Decir que no a malas oportunidades siempre es una buena decisión a largo plazo.
Necesitas aprender a decir no y decidir en base a cosas como:
- Qué impacto puede tener en tu negocio.
- Cuántos ingresos va a suponer.
- Cuánto tiempo vas a tener que dedicar.
- Qué alcance vas a tener.
- Qué tipo de clientes vas a atraer.
- Qué objetivos te ayudará a alcanzar.
Recuerda que puedes ser realmente una persona excelente, generosa, amable…y aún así decir que no.
Ten siempre presente que decir que no, no es solo una cuestión de tiempo.
No es que digas que no porque no tienes tiempo, es que dices que no porque te respetas, respetas tu bienestar, la calidad de tu trabajo y quieres evitar ir de culo.
Decir que no significa que conoces tus límites, pero además que te quieres, te respetas y respetas el trabajo que estás haciendo y eso al fin y al cabo es también un profundo respeto hacia tus clientes.
Si te está costando aprender a decir no, si te cuesta priorizar, si intentas llegar a todo y te acabas quemando…
Me encantaría seguir esta conversación en comentarios y ayudarte a desmontar las creencias que te impiden decir que no a todo aquello que no necesitas en estos momentos.
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