
Cada uno de nosotros vive en un mundo construido sobre la dualidad entre lo que creemos ser y lo que realmente somos.
Lo que vemos de forma consciente y lo que maneja los hilos desde el inconsciente.
A menudo, nos decimos a nosotros mismos que somos de cierta manera, pero nuestras acciones y pensamientos revelan una historia diferente.
Este juego de luces y sombras en nuestra mente es lo que llamamos «autoengaño», y en este artículo vamos a ver cómo esas distintas percepciones se enlazan y se contradicen en la mente de cada eneatipo.
Eneatipo 1
Cree que su perfeccionismo viene de su alta exigencia, cuando en realidad surge del miedo a cometer errores y a no ser lo suficientemente bueno para los demás.
Se autoconvence de que tiene la razón y cree que los demás (que claramente están equivocados), deberían ajustarse a sus estándares.
Le resulta difícil aceptar que la realidad no siempre coincide con como considera que deberían ser las cosas y eso le genera una insatisfacción crónica.
La ilusión del control es la armadura del eneatipo 1.
Cree firmemente que la perfección es alcanzable, pero en su intento de evitar errores, a veces termina procrastinando y le cuesta horrores dar un proyecto por terminado.
Siempre hay algo más que se podría hacer o mejorar.
En el mundo profesional, esto se traduce en horas dedicadas a perfeccionar un proyecto porque su temor al error puede dilatar los tiempos innecesariamente y frenar el progreso.
La falta de adaptabilidad es su talón de Aquiles en un mundo empresarial en constante cambio.
Eneatipo 2
El eneatipo 2 tiende a autoengañarse pensando que su generosidad y altruismo provienen de un deseo genuino de ayudar a los demás.
Se autoconvence de que sus acciones altruistas son completamente desinteresadas, cuando en realidad busca desesperadamente amor y aceptación.
Debido al deseo subyacente de ser amado y aceptado, puede acabar generando dependencia emocional en otros para sentirse valorado.
Este autoengaño puede hacer que se sienta explotado si no recibe el reconocimiento que espera.
En el ámbito profesional, el eneatipo 2 puede estar siempre sobrecargado de trabajo, ayudando a los demás hasta el agotamiento, olvidándose de cuidar de sí mismo.
Esta contradicción puede llevarle a un agotamiento extremo, resentimiento y a tener dificultades para encontrar el equilibrio entre la vida laboral y personal.
Eneatipo 3
Proyecta una imagen de confianza y éxito, pero en realidad está buscando la aprobación y validación de los demás, confundiendo su valía personal con sus logros externos.
Esta necesidad de validación externa le lleva a engañarse a sí mismo en relación a quién es realmente.
Siempre intenta convertirse en otra persona, en alguien a quién los demás admiren y valoren, desconectando de sus verdaderas emociones y necesidades y centrando su atención en lo que los demás esperan de él.
Es por eso que puede acabar asumiendo metas sin comprobar si realmente es algo que desea, disfrazar cualquier posible defecto y cambiar de forma hacia lo que cree que los otros quieren y esperan.
Puede autoengañarse pensando que está siendo auténtico, cuando en realidad está proyectando una imagen cuidadosamente construida para obtener aprobación y admiración.
En el mundo empresarial, el eneatipo 3 puede parecer exitoso, pero su necesidad de validación externa puede llevarlo a esforzarse demasiado y perderse en una carrera interminable por el éxito, olvidando por el camino sus verdaderos deseos y pasiones.
Eneatipo 4
Cree que su deseo de ser único y especial surge de su autenticidad, cuando en realidad proviene del miedo a ser uno más en la multitud.
Aunque valora su autenticidad y a menudo parece inmune a las opiniones de los demás, muchos de sus comportamientos y bloqueos están entrelazados con qué pensarán los demás.
El eneatipo 4 se autoengaña creyendo que su necesidad de ser único y especial es genuina y desinteresada, pero debajo de esta búsqueda de autenticidad, se esconde un miedo intenso al rechazo y a no ser visto como alguien especial.
Este anhelo de ser excepcional es precisamente lo que le aleja de la verdadera auto-aceptación.
En el ámbito laboral, estos miedos y tendencias pueden afectar su progreso profesional, ya que podría evitar oportunidades que considere demasiado convencionales o que lo coloquen en situaciones donde se sienta expuesto o juzgado.
Eneatipo 5:
Cree que su insaciable necesidad de conocimiento es puramente intelectual, cuando en realidad es un escudo emocional.
Utiliza esta búsqueda interminable de conocimiento como un mecanismo para evitar conexiones emocionales profundas con los demás.
El eneatipo 5 se auto-convence de que su valía radica únicamente en su intelecto y conocimiento, y desconecta de sus propias necesidades emocionales.
Se aísla, acumula información y se vuelve reservado, todo con el fin de evitar las complejidades emocionales que implican las relaciones cercanas.
Tiende a auto-engañarse creyendo que su conocimiento profundo y su necesidad de privacidad son signos de sabiduría y autonomía, pero en realidad hay un temor subyacente a ser invadido y una necesidad de protegerse emocionalmente.
En el ámbito profesional, el eneatipo 5 puede acumular muchos conocimientos sin actuar debido al miedo a no estar completamente preparado. Esto puede llevar a la parálisis por el análisis y limitar su participación activa en el mundo laboral.
A menudo, también, esta necesidad de protegerse emocionalmente puede frenar su potencial y dificultar su colaboración con los demás.
Eneatipo 6
Piensa que su necesidad de seguridad y certeza provienen de la precaución y la prudencia, cuando en realidad está impulsada por un miedo profundo e inconsciente a un mundo incierto y a la falta de apoyo externo.
Su autoengaño se manifiesta al depender de otros para la tranquilidad, desconfiando de su propia intuición y fuerza interna.
Puede pensar que es previsor y cuidadoso, cuando en realidad, su miedo subyacente a la incertidumbre y a la falta de apoyo está siempre presente.
Esto puede llevarlo a desconfiar excesivamente y a estar en constante alerta ante las amenazas, incluso cuando no son reales, pensando que es una precaución prudente y necesaria, cuando en realidad proviene de la desconfianza en sus propias capacidades.
En el mundo empresarial, el eneatipo 6 puede resistirse a los cambios y nuevas oportunidades, buscando constantemente la seguridad en lo familiar en lugar de aventurarse en lo desconocido.
El miedo a la incertidumbre actúa como un obstáculo para la exploración y el progreso y puede llevar a la falta de innovación y crecimiento profesional.
Eneatipo 7
Cree que su búsqueda incesante de placer y nuevas experiencias es una manifestación de su pasión por la vida, cuando en realidad es una táctica para evitar el dolor y la monotonía.
Para evitar enfrentar sus problemas emocionales, se sumerge constantemente en nuevas distracciones externas, y así evita confrontar la tristeza y el sufrimiento, manteniéndose ocupado con experiencias efímeras y emocionantes.
Tiende a auto-engañarse creyendo que su entusiasmo y búsqueda de experiencias nuevas son indicativos de una mente abierta y aventurera, cuando en realidad está evitando enfrentar sus miedos y emociones negativas.
La necesidad constante de escapar de lo negativo puede llevarlo a perderse oportunidades de crecimiento emocional y auto-descubrimiento genuino.
En el mundo profesional, esta falta de enfoque puede traducirse en falta de enfoque y consistencia, ya que tiende a saltar de un proyecto a otro sin profundizar realmente en ninguno.
Además, la inconstancia y falta de compromiso pueden afectar la percepción que los demás tienen de su fiabilidad y capacidad para manejar responsabilidades a largo plazo.
Eneatipo 8
Se convence de que su fuerte determinación y control son señales de valentía y liderazgo, cuando en realidad provienen del miedo a ser herido o controlado por los demás.
Se auto-engaña al creer que su determinación y liderazgo surgen de un deseo de proteger a los demás, cuando en realidad su deseo constante de mantener el poder y la autoridad nacen de un miedo arraigado a mostrar su vulnerabilidad y cualquier signo de debilidad.
Cree que controla su entorno, pero en realidad su miedo a ser vulnerable puede llevarlo a crear un muro emocional a su alrededor y a relacionarse a través de la intimidación y la distancia emocional.
En el ámbito profesional, el eneatipo 8 puede ser percibido como fuerte y decidido, pero su actitud desconfiada puede dificultar las relaciones laborales y limitar su capacidad para trabajar de manera efectiva en equipo.
La necesidad constante de mantener el control y la autoridad puede generar conflictos y tensiones, lo que puede afectar negativamente el ambiente laboral y la productividad del equipo.
Además, esta actitud puede inhibir la retroalimentación constructiva, lo que podría obstaculizar su crecimiento personal y profesional.
Eneatipo 9
Piensa que su adaptabilidad y su habilidad para evitar conflictos son indicadores de una paz interior genuina, pero esta aparente calma es en realidad un mecanismo para evitar la desconexión y el abandono, a menudo a expensas de sus propias necesidades y deseos.
Este autoengaño se hace evidente cuando minimiza los conflictos y los problemas para mantener la paz, desconectando de sus opiniones y deseos para evitar confrontaciones.
En su deseo constante de armonía, puede convencerse de que su habilidad para evitar conflictos proviene de una naturaleza tranquila y desinteresada, pero esta adaptabilidad extrema puede llevarlo a perderse a sí mismo, reprimiendo sus propias necesidades y deseos en el proceso.
El temor a expresar sus verdaderos pensamientos y deseos, por miedo a la confrontación y al rechazo, lo lleva a evitar situaciones difíciles y a no enfrentar problemas importantes.
En el ámbito laboral, el eneatipo 9 puede evitar las conversaciones difíciles y los conflictos, lo que resulta en una falta de resolución de problemas y un estancamiento en su progreso profesional.
Este patrón no solo limita su crecimiento profesional, sino también el de su equipo, impidiendo el desarrollo genuino y la mejora continua.
Como has visto, cada eneatipo tiene su propia telaraña de autoengaños.
Explorar los mecanismos de defensa de cada uno, pone a la vista capas y capas de complejidad y verdad.
Cada uno tiene su propia danza de autoengaños, un baile sutil entre lo que creemos ser y lo que realmente somos.
Y mirar nuestras contradicciones puede ser incómodo (y doloroso), pero ese escozor es la señal de que hay algo que explorar, entender y atender.
El proceso de autoconocimiento no es lineal ni estático, es dinámico y en constante evolución.
Por eso es importante seguir siempre explorando, cuestionando y aprendiendo.
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