Veamos…
Has decidido construir un nuevo estilo de vida alrededor de tu pasión….
Vas a apostar por lo que siempre has querido hacer y seguir tu instinto….
Sabes que el camino no va a ser fácil, pero tienes grandes metas en mente:
- Monetizar tus conocimientos y experiencia.
- Generar un (buen) salario a través de la venta de tus productos o servicios.
- Tener mayor impacto y escalar tus ventas.
- Mudarte a una casa más grande.
- Ofrecer a tus hijxs la educación que deseas…
- Hacer un par de viajes (chulos de verdad) al año…
- Poder mantener un estilo de vida libre de preocupaciones financieras…
- Incluso puede que te hayas imaginado a ti misma trabajando desde algún lugar exótico con buena conexión a internet.
Realmente, no estás pidiendo nada descabellado, es algo que podrías llegar a conseguir, ¿verdad?
Desde luego es algo bastante razonable… pero aquí la gran pregunta es, ¿estás dispuesta a hacer lo que sea necesario para conseguirlo?
Porque todos nuestros sueños tienen un precio, y lo que hay que decidir es si estás dispuesta a pagarlo.
Con tener claro el objetivo y los pasos a dar, no es suficiente.
Para llegar a cumplir tus metas más ambiciosas, vas a tener que hacer lo que sea necesario para llegar hasta allí.
Ya puedes tener las metas más alucinantes y el plan de acción más detallado del universo, que sin acción, rien de rien.
Vale, yo creo que más o menos, a estas alturas todas tenemos claro que hay que tomar acción, pero… ¿realmente estamos dando lo mejor de nosotras mismas?
Porque no es lo mismo hacer lo que pueda, que hacer todo lo que sea necesario.
Hay una gran diferencia.
¿Te has preguntado alguna vez cuál es tu nivel de compromiso con tus propios sueños?
Trabajando en sesiones 1 a 1 con algunas de mis clientas me he encontrado con que, ante esta pregunta, contestaban que su nivel de compromiso era un 8…
Y al preguntar qué les faltaba para llegar hasta el 10, la mayoría de las veces la respuesta era «Saber cómo hacerlo«.
Puede que te sientas igual y ahora mismo estés asintiendo con la cabeza…
Claro, es importante saber cómo hacerlo, pero eso no tiene NADA QUE VER con lo comprometida que estés con tus sueños.
Da igual si todavía no tienes claros los pasos a dar o no tienes ni idea de cómo conseguirlo (eso nos pasa a todas cuando queremos hacer algo nuevo), ¿estás dispuesta a hacer lo que sea necesario?
Y ahora que no me venga nadie con que no está dispuesta a hacer nada ilegal o inmoral, porque eso es algo que doy por sentado que no entra en la ecuación.
Partimos de la base que todo es muy legal y totalmente alineado con tus valores, ¿ok?
Así que te lo pregunto de nuevo: ¿Estás dispuesta a hacer lo que sea necesario para cumplir tus sueños?
Porque si tu compromiso no está al 100%, va a ser muy difícil que lo consigas.
Estar dispuesta a hacer lo que sea necesario implica estar dispuesta a salir de tu zona de confort
Y la verdad, normalmente eso nos frena mucho más que no saber cuáles son los pasos a dar.
Alcanzar una nueva meta implicará, sí o sí, hacer cosas que no habías hecho nunca antes.
Sea lo que sea lo que te propongas, vas a tener que convivir con toda una serie de miedos e inseguridades que van a intentar convencerte de que te quedes como estás, total…no estás tan mal… ¿O sí??
Ya hemos dicho que todavía te quedan grandes sueños por cumplir, entonces no hacer nada no es una opción.
Sip, toca aprender a tomar acción a pesar de esos miedos y los mil y un argumentos que parecen perfectamente válidos:
Que si no es un buen momento…
Que si no tengo suficiente experiencia…
Que si mejor más adelante que ahora tengo mucho lío…
Que si necesito formarme mucho más…
Te puedo asegurar que el momento perfecto no existe y que siempre vas a encontrar alguna excusa para quedarte como estás…
Sin compromiso va a ser mucho más fácil que te rindas porque, en algún momento, tus excusas empezarán a parecer más fuertes que tus motivos.
Nuestro cerebro es muy bueno buscando excusas, ¿qué tal si le ganas la batalla llenando tu mente de motivos?
Esos motivos son los que te llevarán a hacer lo que sea necesario para tener éxito.
Vivir una vida mediocre no requiere ningún esfuerzo
Con hacer «lo que puedas» es más que suficiente.
Lo que está claro es que si te conformas con ser parte del montón, no va a haber cambio alguno.
Si buscas lo fácil e inmediato, despídete de tus sueños más salvajes.
Si esperas a que un golpe de suerte cambie tu situación, olvídate de llevar el timón de tu vida.
Si te rindes ante el primer obstáculo, va a ser imposible que llegues a tu destino.
Hacer lo que sea necesario implica arriesgarte, implica caer y sobre todo implica volver a levantarte e intentarlo de nuevo, las veces que sea necesario, hasta conseguirlo.
Se trata de empujarte a ti misma y ver cómo de lejos puedes llegar.
La actitud que mantenemos ante la vida marca la diferencia
Y la buena noticia es que tu actitud es algo que depende 100% de ti, tú escoges cómo vas a moverte por la vida.
Precisamente, como es algo que depende de ti, es tu responsabilidad hacer lo que sea necesario para cambiar lo que no te gusta, no te llena o no te satisface de tu vida en estos momentos…
Incluso si es tu actitud la que no está 100% alineada con tus sueños.
Si hay áreas en tu vida que no van como te gustaría, entonces haz algo para cambiarlo.
La acción es la clave, sin acción no hay movimiento.
Sin acción no hay progreso.
Sin acción sólo hay resignación.
¿Qué sucede en tu entorno?
Echa un vistazo a tu alrededor, ¿qué hace la gente de tu entorno?
Seguro que tendrás cerca varios resignados y procrastinadores crónicos…
¿Crees que están aprovechando todo su potencial?
En absoluto.
¿Les gustaría que las cosas fueran distintas?
Apuesto a que sí.
Pero las cosas no cambian por mucho ojalá que deposites en ellas.
Demasiadas personas se quedan en esos deseos de una vida mejor, pero no hacen nada para descubrir cómo conseguir esa transformación.
No me extraña que haya tanta gente por ahí sintiéndose vacía y viviendo una vida sin sentido…
¿Cómo vas a sentirte en la cima del mundo si sabes que te has rendido?
Cuando decides resignarte, te privas a ti misma de desarrollar tu auténtico potencial.
Y conformarte con una milésima parte lo que podrías llegar a conseguir tiene que ser totalmente descorazonador.
Los sueños no se hacen realidad pasando de puntillas por la vida, viviendo una existencia gris o haciendo lo que ya sabemos que no nos lleva a ningún lado.
Si alguna vez te has sentido invisible o insignificante, recuerda que solo depende de ti darle la vuelta a la situación.
Venga, sé sincera contigo misma: ¿Realmente estás haciendo lo que deberías hacer para cumplir tus sueños o te limitas a cubrir mínimos para sobrevivir?
Lo único que te impide hacer lo que tienes que hacer para vivir una vida realmente significativa son tus miedos y bloqueos.
¿De verdad vas a dejar que te paralicen?
Empieza a tomar acción hoy mismo, no tiene que ser algo muy complejo, basta con que hagas algo que no habías hecho hasta ahora.
Como dijo alguien muy sabio: «El primer paso no te lleva a dónde quieres ir, pero te saca de dónde estás».
Cuéntame, ¿cuál es ese primer paso que vas a dar para que esa vida de tus sueños deje de ser algo que sólo existe en tu mente?
Me encantará saber de ti así que, ¿por qué no seguimos esta conversación en los comentarios? ?
Deja una respuesta